Los sueños lúcidos son aquellos en los que estás consciente y puedes controlarlos. Te permiten hacer lo que quieras y se sienten muy reales. Para cada persona son muy diferentes, pero son realmente intensos. Puedes traer a tu sueño un amigo o pariente lejano, estar excesivamente lúcido o parecer tremendamente inestable y estresado al despertar, lo que en realidad no es muy común, pero debes tener en cuenta que el sueño parece extremadamente real.
La preparación es indispensable; limpia y ordena tu cuarto, asegúrate de que no entren luces intensas en él y trata que esté lo más oscuro posible.
1. Haz un tótem
Si has visto la película El origen (Inception) en la que es difícil distinguir la realidad de los sueños, este punto tendrá mucho más sentido. Escribe una pequeña “D” en la palma de tu mano, lo que significará “despierto”. Cuando la mires, pregúntate: ¿estoy soñando?
Pregúntate esto cuantas veces sea posible antes de ir a dormir. Realmente pregúntatelo, piensa en dónde estuviste 10 minutos antes para que estés seguro de no estar soñando. Mientras más veces lo hagas, habrá más oportunidades de tener un sueño lúcido. Haz la pregunta de manera clara para probarte que estás despierto y trata de poner un dedo sobre la otra palma para corroborar.
2. Una hora antes de que te vayas a dormir, no mires ninguna pantalla
Apaga tu celular y no mires la televisión, esto para que tu cuerpo produzca las hormonas suficientes para hacerte dormir, lo que disminuye con la luz artificial. Si es posible baja la intensidad de la luz o apágala, si no, puedes realizar alguna actividad que no involucre la tecnología como leer un libro o meditar.
3. Programa tu alarma dos horas antes de la hora que normalmente te levantas
Escoge una alarma que te despierte pero que no sea muy ruidosa. Necesitas poner tu alarma lo suficientemente cerca como para apagarla sin levantarte de la cama ni abrir los ojos. Cuando pongas la alarma, asegúrate de tener un diario de sueños a la mano con una pluma.
4. Despierta con la alarma pero no abras los ojos
Será una de las cosas más difíciles. Mantén los ojos bien cerrados aunque la mente despierte. No importa mucho que abras los ojos por un segundo, pero es mejor que no lo hagas. Después de apagar la alarma debes volver a dormir, es importante que realices este paso para poder continuar con el proceso. Esto es muy importante porque te permitirá estar entre un sueño profundo y un despertar inducido. Debido a que despertaste, activarás tu cerebro. La importancia del tótem en tu palma es que si accidentalmente te quedas dormido, probablemente lo tendrás también en el sueño y así éste se volverá más lúcido. Es una especie de trampa.
Cuando despiertes será un poco atemorizante porque experimentarás algo conocido como “parálisis del sueño” en la que tu cuerpo será incapaz de moverse, pero tu mente estará despierta y alerta. No hay nada qué temer. No es peligroso; es la manera de llegar al sueño lúcido. Después de un par de ocasiones será más fácil y divertido.
Estarás ahí, despierto y tu cuerpo congelado. La razón es que interrumpiste el sueño REM y tu cuerpo intentará ponerte en él. Deberás permanecer despierto mientras esto ocurre. Concentrado mientras piensas que tu cuerpo está debajo de ti, esto te colocará directamente en el sueño lúcido, porque tu mente nunca se dormirá del todo con este método.
5. Manténte pensando en el sueño lúcido
Estás ahí congelado, con los ojos abiertos y la mente activa. Relájate y deja que tu mente entre en lo que parecerían ser alucinaciones. Verás colores, formas, luces intensas, escucharás sonidos y aparecerán personas aleatoriamente.
Al principio todo será extraño y sin aparente conexión, sin embargo, en poco tiempo todo empezará a encajar. Estarás tan involucrado en todo que serás capaz de mirar alrededor. Estás en un sueño lúcido y en control total.
Advertencias que debes recordar:
No te emociones demasiado, podrías despertarte demasiado rápido.
Relájate y guía el sueño, explora.
Tenés un mundo entero de posibilidades
fuente: taringa.net